VICTOR CAMPANO

Dicen que lo más grande en esta vida es un hijo, yo desde hace algo más de 18 meses lo voy comprobando día tras día.

Para mi ha sido un cambio sustancial en mi vida, un cambio a otra forma de vivir ni mejor ni peor, solo distinta. En lo que si ha ido a mejor, yo diría más bien a mucho mejor es en el apartado de sensaciones, emociones, sentimientos. Aquí de repente un día te traen una tarta de chocolate en la que pone "Felicidades papá" y entonces un cúmulo de sensaciones recorre tu cuerpo, alegría, emoción y un miedo a lo desconocido y a la responsabilidad. Todo esto, a los nueve meses, vuelve a repetirse pero con más nervios aún ya que en unas horas vas a ver materializado lo que ponía en aquella tarta de chocolate y por fin eres papá y tienes entre tus brazos un trocito de ti y de tu pareja, un ser vivo pequeñito que une todo lo mejor de tu vida.

Pero no todo es bonito, algunas noches sin dormir, nervios por si come o no, visitas rutinarias al pediatra en las que temes te den algún susto, etc. aunque de esto luego ni te acuerdas.

Luego en un "plis" pasa el tiempo y comienzas a relajar todos los nervios, entonces empiezas a disfrutar, con cada mirada que él te dedica, con cada sonrisa y con cada palabra, que la mayoría de las veces es un trabalenguas ininteligible.

Va creciendo y un día se pone a gatear, a los pocos días ya se pone de pié, y apoyado en los muebles ves como se desplaza ergido, con miedo pero directo a sus objetivos, comienza así otro cúmulo de descubrimientos, empiezas a darte cuenta de que crece y cada vez que se cae, sientes ese golpe como en tus propios huesos, te duele más a ti que a él, estoy seguro, pero al igual que él tienes que ser fuerte.

Te das cuenta de que él no puede vivir sin ti, de que es totalmente dependiente de ti, pero de igual modo tambien lo eres tu, ya no puedes vivir si él, ya no puedes pasar sin apretarle entre tus brazos, sin darle besos y sin jugar con él, observarle, oirle, cuidarle, son rutinas diarias que cada día se hacen especiales y convierten un mal día en el mejor día de tu vida. Solo su sonrisa o un "papá !!" salido de sus labios transforman todo lo que tienes a tu alrededor en un paraiso, por que lo tienes todo, tienes un hijo.

(La fotografía como estas palabras quiero dedicarselas al "modelo" y a la otra parte de mi feliz vida, mi mujer)